Categoría: Deporte

El deporte y la alimentación son los dos grandes pilares de la salud. Y sí, es una frase muy manida, pero no por ello deja de ser real. Está más que comprobado, a través de la ciencia y de la práctica, que una mejora en la dieta de una persona proporciona inmensos beneficios para su salud. Y cuando hablamos de dieta no nos referimos a comer menos, o a retirar incluso ciertos platos de nuestro consumo habitual. Es sencillamente buscar un equilibrio sano, consumiendo alimentos saludables en su mayoría, y dándonos un capricho de vez en cuando. Con el deporte ocurre lo mismo. Aunque mucha gente lo ve como una obligación, como algo realmente pesado, lo cierto es que mantenernos en forma será la mejor manera de tener una vida plena. No solo en la actualidad, sino también a la hora de llegar más allá cuando seamos mayores. La movilidad, por ejemplo, depende mucho del ejercicio y de la forma en la que estemos.

Aunque la grasa tiene una función positiva e incluso necesaria en nuestro cuerpo, lo cierto es que ubicada en ciertos lugares del organismo puede ser una gran molestia, más allá de lo estético, y convertirse en un signo inequívoco de que tenemos un problema de salud. La grasa se adhiere a nuestro cuerpo en su interior para mantenernos en una temperatura estable, es decir, que funciona principalmente como aislante térmico, pero además tiene otro cometido, y es ofrecernos una fuente alternativa de energía por si en un momento dado no podemos comer como deberíamos. Así, el cuerpo sacaría esas calorías de emergencia de la grasa que conservamos, precisamente para este fin. Si consumimos más calorías de las que gastamos, nuestros organismo entiende que debemos hacer acopio de ellas para cuando llegue una época mucho peor, y por eso crea esos “contenedores” de grasa por todo el cuerpo, que llegados a cierto punto, pueden ser muy peligrosos.

A la hora de llevar a cabo una buena rutina de ejercicios es importante contar con el material adecuado. Hay una gran variedad de elementos que podemos utilizar en nuestra rutina de ejercicio diario: pesas, barras, cuerdas, mancuernas… Y hoy nos vamos a centrar en uno de estos elementos: las bandas elásticas.

Hay diferentes tipos de bandas elásticas: tubulares, tubulares con recubrimiento de protección, bandas elásticas en forma de cinta o en forma de cintas circulares… Por ello, es importante hacerte con las que mejor se adapten a ti y al tipo de ejercicio que vayas a realizar.

Hoy nos gustaría proponerte una rutina de ejercicios que puedes llevar a cabo con bandas elásticas. Así que presta atención a cada uno de ellos para que logres desarrollar tus músculos al máximo desde tu propia casa.

El ejercicio físico se ha convertido en una parte fundamental de nuestra vida saludable, de la misma forma que la alimentación sana y equilibrada es fundamental para poder tener una salud de hierro. El ejercicio físico, ya sea a través de la práctica deportiva o simplemente de ejercicios en el gimnasio, nos ayuda a mejorar nuestra salud, previene enfermedades y nos aleja del tan temido sedentarismo, que puede llegar a ser verdaderamente mortal en muchos casos. Por eso conviene hacer ejercicio incluso en situaciones como ésta, en las que debemos estar confinados en casa. Cualquier cosa nos puede servir para mantenernos en forma, con una simple esterilla o una toalla, y garrafas como pesas, si no tenemos mancuernas.

El ejercicio físico nos ayuda a ponernos en forma o a mantenerla, si ya lo estamos. Porque no es solo aplicable a toda esa gente que quiera perder un poco de peso y volver a estar en un buen estado de salud. Los que llevan ya un tiempo trabajando en el gimnasio saben perfectamente que los beneficios del ejercicio van mucho más lejos que eso. Tonificar el cuerpo, por ejemplo, puede ser una de las mejores alternativas para no estar simplemente sanos, sino también fuertes. Y es que no vale simplemente con perder algunos kilos, sino que hemos de ganar músculo, para que el cuerpo trabaje con todo lo que tiene. Tonificar los brazos, por ejemplo, suele ser uno de las misiones más comunes a la hora de ir al gimnasio. Aquí te vamos a dar algunos consejos para conseguirlo con ejercicios muy sencillos.

El invierno es, en muchas latitudes, época de frío, manta, sofá y tele o de lectura al pie de una chimenea. De toneladas de nieve y paisajes blancos, de carreteras cortadas, coches averiados en las cunetas de las vías y de caravanas de turismos atrapados en alguna tormenta mientras volvían o salían de casa.
Pero es también tiempo de turismo de invierno, de deporte practicado bajo kilos de ropa, cascos protectores y de cuerpos deslizándose sobre pavimento de hielo y suelo blanco.
El caso de las estaciones de esquí nos revela que, en los últimos años en España, se ha mantenido una media de entre 40.000 y 50.000 esquiadores diarios alojados en sus instalaciones mientras es temporada alta.
Pero es una demanda desigual, ya que casi la mitad de este turismo de estación se concentra el fin de semana, donde las estaciones están saturadas y las pistas aparecen muy concurridas. Entre semana, los esquiadores solitarios tienen la oportunidad de poder entrenarse con tranquilidad y sin agobios en las instalaciones semi vacías. Aquí vamos a hablar de algunos deportes de invierno que debes practicar para combatir el frío haciendo ejercicio.

Los años no perdonan y la comida tampoco. O la mala comida, las dietas desequilibradas y ricas en grasas y carbohidratos. Ahí se refugian los acusantes de que luzcamos una tripa cervecera y que la grasa abdominal se convierta en un detonante de enfermedades y riesgos para nuestra salud.
Todos soñamos con lucir palmito, mostrar un torso sin grasa y unos abdominales marcados o, al menos, mostrar un vientre plano, síntoma de salud y de preocupación por llevar una vida sana.
Para quemar esa grasa tan incómoda y antiestética, hay algunas pautas que debemos seguir son practicar ejercicio al menos tres veces por semana, mejorar nuestra alimentación incorporando una dieta equilibrada rica en frutas, verduras, cereales y agua, reducir el estrés, que es un factor de riesgo para la salud y lograr una mayor calidad de nuestro sueño, ya que el insomnio es un factor que desencadena la acumulación de grasas a través de un apetito desordenado.

Cuando se está embarazada, junto a la alegría de esperar un hijo que te va a cambiar la vida, se presentan también inconvenientes añadidos como el aumento de peso, los problemas circulatorios y los dolores de espalda.
La subida excesiva de peso, la diabetes gestacional, el parto por cesárea, el dolor lumbar o la incontinencia urinaria son algunos de los riesgos a los que puede enfrenarse la mujer embarazada cuando no se lleva una vida saludable durante este período de sus vida.
Los vómitos y las náuseas matutinas durante los primeros meses casi son inevitables, pero las molestias físicas se pueden reducirse a través de algunos tipos de ejercicio, los que no requieren ningún sobreesfuerzo ni provoquen que el corazón lata a más de 120 pulsaciones por minuto.
Antes de profundizar en este asunto, si estás embaraza y amas el deporte, hay algunas pautas que deberías tener en cuenta antes de poner en práctica algún ejercicio físico.
En general, el tiempo del embarazo puede ser un buen período para hacer deporte, siempre que se haga de forma moderada y bajo control médico.
Si eres una mujer acostumbrado a practicar ejercicio de forma habitual, solo puede seguir haciéndolo si su gestación no presenta ningún problema y el deporte o actividad física que realizas no requiera de grandes esfuerzos o ponga en peligro la salud física de la madre o del futuro bebé.
La intensidad del ejercicio no debe llevar a superar las 110 pulsaciones por minuto.
En caso de que se presente fatiga, calambres, contracturas, síntomas de agotamiento o dificultades para respirar, debes parar de forma inmediata.
Está completamente contraindicado hacer deporte en el tercer trimestre o cuando surgen complicaciones durante el embarazo.

Año nuevo, vida nueva. Este es el mantra que se repite cada vez el calendario marca el pistoletazo de salida de un nuevo ejercicio.
En el equipaje de esos buenos propósitos que nos ponemos para mejorar nuestra forma de vivir, siempre o casi siempre viene incluido el deseo de corregir para bien nuestra condición física y volver al tiempo en que hacíamos deporte como forma de mejorar nuestra salud o de vernos con mejor aspecto cuando nos contemplamos en el espejo.
Pero, antes de abandonar la vida sedentaria, las largas sesiones sentados frente a la tele, el ordenador o el teléfono inteligente o echarnos a correr como si todos los acreedores del mundo vinieran persiguiéndonos, lo primero que debemos es ponernos unas metas y trazar un plan de ejercicios para evitar que el remedio sea peor que la enfermedad y acabemos a los pocos días extenuados y sin fuerzas.